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Requisitos para sistemas de ventilación en el manejo en aviarios

Climatización óptima en naves para gallinas ponedoras

  • Los requisitos para la ventilación en el manejo en aviarios son elevados. Las entradas de pared se ocupan de la entrada de aire fresca para la ventilación a presión negativa.
    Lado izquierdo: entradas de pared en una nave con manejo en aviarios
  • Climatización de naves: La calidad del aire es un requisito importante para la salud de los animales. En el caso de entradas de techo, hay que prever un techo intermedio.
    Nave de aviarios con techo intermedio para una mejor climatización en la nave
  • El sensor de amoníaco DOL 53 mide el nivel de amoníaco en el aire de la nave; permite el control correspondiente de la ventilación.
    Foto de producto sensor de amoníaco DOL 53
  • Imagen 1: Principio de ventilación de túnel
    Dibujo: Principio de ventilación de túnel
  • Imagen 2: Calentamiento del aire fresco mediante chorros de aire
    Dibujo: Calentamiento del aire fresco mediante chorros de aire
  • Imagen 3: Flujo de aire de entrada por entradas de pared
    Dibujo: Flujo de aire de entrada por entradas de pared
  • Imagen 4: Flujo de aire de entrada por entradas de techo
    Dibujo: Flujo de aire de entrada por entradas de techo
  • Imagen 5: Flujo de aire de entrada por chimeneas de aire de entrada
    Dibujo: Flujo de aire de entrada por chimeneas de aire de entrada
  • Imagen 6: Chimeneas de aire de salida con distribución 1/3 y 2/3
    Dibujo: Chimeneas de aire de salida con distribución 1/3 y 2/3

Hoy en día, los sistemas de ventilación en sistemas aviarios se parecen más a aquellos que son habituales en naves para pollos. Eso significa que los requisitos han aumentado claramente y requieren más conocimientos y habilidades por parte de todos los implicados.

Tecnología de climatización de nave 

La tecnología de climatización moderna se caracteriza por elementos de entrada y salida de aire eficientes y el uso de un ordenador climático con numerosos sensores para temperatura, humedad del aire relativa, dióxido de carbono y otros. Este nivel tecnológico debería ser estándar hoy en día, ya que ofrece temperaturas óptimas y una buena calidad de aire en la nave. Sólo así se puede conseguir que las gallinas ponedoras tengan un rendimiento de postura estable y alto de más del 80 % hasta la semana 90 de la producción, con datos igualmente buenos para peso, plumas y salud.

En el futuro, habrá que preocuparse todavía más de lo que suele ser habitual ahora por una mejora de la calidad de aire en las naves. El tema de los picos sin recortar requiere otra optimización de todos los factores de influencia y la reducción de factores de estrés. Factores como el estrés de calor o de frío o el estrés causado por corrientes de aire ya los tenemos bajo control. En cuanto a factores como el polvo o el amoníaco, queda mucho camino por recorrer. 

Temperatura percibida 

La temperatura óptima, también conocida por su nombre técnico, zona termoneutral, es la franja de temperaturas en la que se obtiene el rendimiento biológico máximo con el consumo de pienso más reducido. 

El valor no sólo varía en función del peso y del estado del plumaje de las aves, sino depende también mucho de la humedad del aire relativa. Cuando el aire de la nave es más seco, las aves emiten más calor a través de la respiración, y la temperatura resulta más alta. Por analogía, eso significa: Cuando el aire de la nave es más húmedo, las aves emiten menos calor a través de la respiración, y la temperatura en la nave resulta más baja (ver tabla). Para una regulación exacta de la temperatura, por lo tanto, aparte del sensor de temperatura ¡también se requiere un sensor para la humedad del aire relativa en la nave! 

El aumento de la ventilación, no obstante, también da lugar a movimientos de aire percibidas por las aves o a velocidades de aire que quitan más calor de la superficie corporal. Es el efecto llamado "windchill". Para una regulación mucho más exacta de la temperatura, por lo tanto, aparte de la temperatura y la humedad del aire, además se debe tener en cuenta la velocidad del aire. Estos tres factores resultan en la "temperatura percibida" por las aves, también llamada temperatura efectiva. Cada ordenador climático moderno de una nave debería tener en cuenta estos tres factores.

 

Temperatura teórica en función de la humedad del aire relativa

 

Temperatura teórica

 

Temperatura en °C a … % humedad del aire relativa

 

a 65 % HR

 

40 %

 

50 %

 

60 %

 

70 %

 

80 %

 

20°C

 

25

 

23

 

21

 

20

 

18

 

21°C

 

26

 

24

 

22

 

20

 

19

 

22°C

 

27

 

25

 

23

 

21

 

20

 

23°C

 

28

 

26

 

24

 

22

 

21

 

24°C

 

29

 

27

 

25

 

23

 

22

Los valores son para aire sin viento. 

Minimizar la formación de amoníaco

A la gallina como animal de las sabanas, la humedad del aire relativa le da bastante igual mientras la temperatura esté bien. Pero para aspectos como el secado de estiércol, la calidad de la yacija o la cantidad de amoníaco y de polvo en el aire de la nave, la humedad del aire relativa tiene un papel mucho más importante. 

En sistemas de aviarios, gran parte del estiércol de las gallinas cae en las cintas de estiércol, y en función del intervalo de retirada del estiércol y la intensidad de la ventilación de la cinta de estiércol, se seca hasta llegar a un contenido de materia seca del 30 al 50 %. El vapor de agua liberado por este proceso debe ser absorbido por el aire en la nave, y supone un aumento considerable de la humedad del aire. 

Pero la parte restante del estiércol de gallinas (en función del aviario, la procedencia, el programa de iluminación y alimentación etc.) se deposita en la yacija. Por lo tanto, este estiércol permanece durante mucho más tiempo en la nave y debería secarse al 70 o 80 % de MS para formar una yacija realmente seca. En este paso, otra vez se producen cantidades importantes de vapor de agua que deben ser absorbidos por el aire en la nave. Sin ventilación adecuada, la humedad del aire relativa en la nave aumenta de forma significativa (> 70 a 80 %), y se fomenta la formación de amoníaco.

Problema: yacija mojada 

Otro problema de una humedad del aire demasiado alta, sobre todo en la temporada de invierno, es la yacija mojada, que causa la formación adicional de amoníaco en la nave. La yacija se moja siempre cuando el aire caliente y demasiado húmedo de la nave (con una temperatura de punto de rocío alta) entra en contacto con superficies más frías como el suelo de la nave o la yacija misma, y se condensa. 

Pero el aire en la nave no siempre es la causa para la yacija mojada. También se puede producir cuando ya muy temprano por la mañana muchas gallinas ocupan el suelo de la nave y defecan en él. Este comportamiento produce una densificación fuerte de la yacija, lo que dificulta que se seque. El productor debería evitar esta situación con las medidas de gestión correspondientes. 

Pero tampoco es deseable el aire de nave demasiado seco, y por lo tanto yacija demasiado seca, porque puede fomentar la formación de polvo y tener consecuencias negativas para las vías de respiración de las personas y de las aves. Por lo tanto, la humedad del aire relativa se debería mantener en una franja del 50 al 65 %.

Densidad de ocupación y ventilación en verano 

En el manejo en jaulas, se gestiona el doble o tres veces el número de gallinas en el mismo espacio, es decir que se trabaja con densidades de ocupación mucho más elevadas. Dado que las aves producen más calor, también se requiere más ventilación. En verano, el intercambio de aire más elevado significa más velocidad de aire, y por lo tanto mejor refrigeración para las gallinas (efecto windchill). 

Con la introducción del manejo en suelo o en sistemas aviarios, la densidad de ocupación en la nave es ahora mucho más baja. ¿Significa que se puede ventilar menos? No necesariamente. Sobre todo en verano a temperaturas altas, se puede producir estrés de calor.

Ventilación túnel

Con una ventilación de túnel (imagen 1), este problema se puede solucionar de forma bastante sencilla. Pero significa también trabajar con tasas de intercambio de aire por gallina claramente más altas que las indicadas en DIN 18910 (5,0 m³/h). Para obtener una corriente de aire fuerte en dirección longitudinal por la nave (> 1,0 – 2,5 m/s), para el verano se han establecido tasas de intercambio de aire de 9 a 10 m³/h por gallina ponedora. 

La conducción central del aire de salida, muchas veces obligatoria en Alemania, mediante torres de ventilación o chimeneas de aire de salida muy altas, naturalmente es muy favorable para la ventilación de túnel. "Sólo" falta practicar aperturas grandes en el frontón delantero o al principio de las dos paredes laterales. Generalmente, se suelen insertar persianas automáticas o entradas de pared muy grandes. Pero este tipo de ventilación por túnel debe regularse de forma muy exacta, dado que con el efecto windchill, se pasa rápidamente de una refrigeración deseada a la hipotermia, con corrientes de aire nocivas.

Densidad de ocupación y ventilación en invierno

En invierno, un intercambio de aire más elevado significa mejor calidad de aire. Pero en el manejo en suelo, la solución para el invierno es mucho más complicada. El objetivo son gallinas ponedoras activas en la nave que escarban, vuelen/agitan las alas, se revuelcan en la yacija, entran en los nidales y toman suficiente pienso y agua. 

Para la ventilación en invierno, hay que conseguir una concentración lo más baja posible de dióxido de carbono (CO2) en el aire de la nave, dado que el CO2 provoca sueño y inactividad (fenómeno conocido por todos los que trabajen en una oficina). Por lo tanto, el nivel de CO2 no debería sobrepasar los 2000 ppm. En este punto, la norma DIN 18910 establece 3000 ppm. Para alcanzar los objetivos, se requiere un aumento de la ventilación mínima a más de 1,00 m³/h por gallina ponedora. (En el manejo en jaulas, son habituales valores de sólo 0,50 m³/h).

Una ventilación mínima más elevada en combinación con la pérdida considerable de calor debido a la menor densidad de ocupación significa que la temperatura en la nave baja en el momento que haga frío en el exterior. En principio, temperaturas bajas en la nave (tolerables cuando son inferiores a los 20°C, pero tampoco deberían bajar de los 12°C) no suponen un peligro grave para gallinas ponedoras con un buen plumaje, ni reducen el rendimiento de postura, mientras pueden tomar suficiente energía a través del pienso para compensar el metabolismo calórico del cuerpo. ¡Pero eso significa gastos de pienso más elevados! 

A parte del dióxido de carbono, también se deben evacuar el amoníaco y el vapor de agua de la nave mediante la ventilación. También estos dos factores pueden aumentar la ventilación mínima. Aquí, sobre todo en regiones con inviernos muy fríos, ayudaría una calefacción. 

Conducción óptima del aire de entrada

Para gestionar la conducción del aire de entrada de la forma más eficiente posible en cada tipo de nave y de sistema, se pueden instalar entradas de pared, entradas de techo o chimeneas de entrada de aire, repartidas uniformemente en la zona de animales. Estos dispositivos generan chorros de aire que entran con una velocidad muy alta en la nave y se mezclan rápidamente y muy completamente con el aire en la nave (imagen 2). En este proceso, los chorros de aire crecen y se ralentizan, y se forma la masa de aire deseada. Los chorros de aire se calientan al nivel de la nave, y al mismo tiempo se secan. Para aprovechar el calor de las aves al máximo, los chorros de aire deben llenar todo el espacio.

Entradas de pared

Las entradas de pared  (imagen 3) son las más adecuadas en naves con los sistemas colocados en filas regulares. Es necesario instalar las entradas a una altura suficiente en las paredes laterales para que el aire frío pueda cubrir todo el sistema y todas las aves. Sobre todo durante la noche, las gallinas probablemente no abandonarán su lugar acostumbrado en el aviario sólo porque hay un poco de corriente de aire. Las consecuencias pueden ser infecciones secundarias, por ejemplo E-Coli. 

»»Ventaja: el aire fresco entra directamente del exterior, mantenimiento sencillo

»»Desventaja: se requiere protección de luz adicional.

Entrada de aire desde arriba

También las entradas de techo y las chimeneas de entrada de aire son muy populares en Alemania. Sobre todo se pueden recomendar para los sistemas aviarios construidos de tal forma que las aves se encuentren más en el centro de la nave, con la zona para escarbar en los lados exteriores. La producción de calor en este caso no es uniforme, sino se concentra en el espacio central. Para alcanzar una mezcla óptima del aire fresco con el aire en la nave, el aire fresco también debería entrar en este espacio central. 

Si se utilizan entradas de techo (imagen 4), en cualquier caso se debe construir un techo intermedio. El aire debajo del tejado siempre es más caliente y más seco que el aire fresco que entra directamente del exterior. En invierno, esto supone una gran ventaja. Pero en los días calurosos de verano, puede tener sus desventajas, dado que hace demasiado calor, sobre todo cuando sólo se aísla el techo y no el tejado. En este caso, se recomienda cerrar completamente las entradas de techo y cambiar a ventilación de túnel. 

»»Ventaja: posición exacta, no se requiere protección de luz 

»»Desventaja: mantenimiento más complicado encima de la cabeza. 

En naves sin techo intermedio, se utilizan chimeneas de entrada de aire (imagen 5). 

Tener en cuenta escapes de aire 

En todos los sistemas de ventilación mencionados, se trata de ventilación a presión negativa. Eso significa que los ventiladores aspiran aire de la nave, y se genera una presión negativa, que se puede aprovechar para que el aire fresco entre de forma controlada a través de los elementos de aire de entrada en la nave. Para asegurar esta entrada de aire controlada, la nave no debe presentar escapes. Es importante sobre todo en invierno. 

Pero en el manejo en suelo, se pueden producir escapes de aire por las ventanas, las puertas, las unidades de salida de aire que no se utilizan en invierno, el canal transversal de estiércol o la recolección de huevos. ¡Sume todos los escapes de aire, y compárelos con los 0,50 m² de apertura para aire fresco, necesarios en invierno para 10.000 gallinas ponedoras! 

Este aire ajeno tiene la característica desagradable de entrar cerca del suelo o de caer rápidamente al suelo; en cualquier caso, antes no se habrá calentado lo suficiente. Por lo tanto, la absorción de vapor de agua es muy limitada. Aumentan la humedad del aire relativa y la temperatura de punto de rocío, lo que resulta en yacija mojada. 

Una solución buena, pero algo más cara es el uso de chimeneas de entrada de aire con ventiladores. Éstas empujan el aire fresco de forma controlada en la bolsa de calor debajo del techo, así que se aprovecha de forma óptima el calor de las aves. Se produce una ventilación a presión equilibrada que trabaja de forma independiente de los escapes de aire. Este sistema es especialmente apto en el manejo a campo abierto, dado que con las trampillas de salida resulta prácticamente imposible realizar una ventilación de presión negativa estable. 

La influencia negativa de los escapes de aire en una ventilación equilibrada y por lo tanto en temperaturas equilibradas se nota especialmente en el caso de ventiladores de aire de salida posicionadas de forma centralizada (imagen 6). Por esta razón, en el caso de una conducción central del aire de salida, se recomienda distribuir los primeros 25 a 40 % de las chimeneas de aire de salida a lo largo de la nave.

Concentraciones de amoníaco y emisiones 

Una climatización óptima de la nave no sólo consigue temperaturas y humedad del aire relativa en la nave óptimas tanto para las personas como para los animales, sino además fomenta la yacija seca, un secado bueno y rápido del estiércol en las cintas de estiércol y por lo tanto concentraciones bajas de amoníaco en el aire de la nave. 

Los ordenadores climáticos modernos ahora ya son capaces de incluir el nivel de NH3 en el aire de la nave en su control. Para ello, se requiere un sensor de amoníaco con un funcionamiento bueno y estable (imagen 7). Mide constantemente el nivel de amoníaco en el aire de la nave, para poder controlar la ventilación también en función de la concentración de NH3. 

Dipl.-Ing. agr. Jörg Bohnes
Big Dutchman International GmbH
DGS 44/2017 

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